El sábado 22, se dio cita en Nogueruelas una quedada CXM, fuimos pocos, pero buenos, sin desmerecer a aquellos que no pudieron ir y que son igual de buenos, pero aquí estuvimos, Cristina, Miriam, Paco, Candi, Francisco, Nelo, Vicent, Xavi, Ana y yo, con unos maravillosos anfitriones, Cande, Cesar y sus padres, Pepe y Chari que junto con Lola, nos daban de comer y beber en los avituallamientos, una labor impresionante.
Se dieron las 7 de la mañana y en la casa, ya se empezaba a escuchar ruidos de chafadas, que poco a poco se desplazaban hacia el baño, estas pasaban a escasos centímetros de las cabezas de aquellos que dormimos en el comedor. Todos en pie, empezamos con el desayuno, zumo, café, leche, cola cao, galletas, magdalenas, etc... parecía que en vez de correr nos íbamos a dar un festín, pero no fue así, en le transcurso del desayuno llegaron los que venían de Valencia y a eso de las 8 de la mañana partimos a realizar la ruta, una ruta de 63 km que al finalizar se convirtieron en 10 km de más al extraviarse en la bajada del Cabezo de las Cruces.
Tras el primer avituallamiento, "km 12" todos van muy bien, pero a mi me empieza a entrar molestias en la pierna derecha, aún así continúo, después de echar por monte a través, pasar por pistas, cruzar alguna que otra carretera llegamos al segundo avituallamiento, como en el primero, nos encontramos a Pepe, Chari, Lola y Ana, después de comer algo valoro mi situación y decido no continuar, así pues, km 22 primera retirada, la mía, de ahí nos vamos al tercer avituallamiento pera recibir a todos los compis, Cande, Cris, Miriam y Vicent deciden quedarse, "km 39" un logro para todos, los supervivientes continúan con la ruta, quedan Candi, Nelo, Francisco, Paco, Xavi y Cesar.
Mientras las chicas se fueron a recibirlos al km 50, Vicent, Pepe y yo nos fuimos a tomar unas cañas por los bares de Nogueruelas, pasadas unas horas y ya en casa, vimos aparecer unas pequeñas luces a lo lejos, los primeros CXM's llegan, eran las 10 de la noche y todos muy bien, al poco tiempo apareció el otro grupo, duchita y a cenar.
Agradecer a Cande, Cesar y sus padres la atención que han tenido con nosotros
Viajando se aprende. Los viajes te enseñan a vivir, a tomarte la vida con una filosofía distinta a la que se que se vive en una gran ciudad. En todos mis viajes siempre encuentro un motivo para volver al lugar que he visitado, pero hay muchas cosas por ver, explorar y mucha gente a la que conocer, interesantes personas que se mantienen en el anonimato hasta el momento en que te presentas o se presentan en tu vida. Aunque siempre están en mi presente.
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