Pudimos disfrutar de unas vistas excelentes, todo estaba despejado, no había nada que entorpeciera nuestra vista, los dorados campos de arroz iluminaban un paisaje que contrastaba con el azul del mar al fondo, en medio algunas manchas verdes de los naranjos y la sobresaliente montaña de Cullera, que permitía leer sus grandes, pero diminutas letras blancas en la distancia. Todo un lujo.
Viajando se aprende. Los viajes te enseñan a vivir, a tomarte la vida con una filosofía distinta a la que se que se vive en una gran ciudad. En todos mis viajes siempre encuentro un motivo para volver al lugar que he visitado, pero hay muchas cosas por ver, explorar y mucha gente a la que conocer, interesantes personas que se mantienen en el anonimato hasta el momento en que te presentas o se presentan en tu vida. Aunque siempre están en mi presente.
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Aconcagua
lunes, 13 de febrero de 2012
Entrene por la murta
Domingo soleado, Miriam y yo salimos de casa a eso de las 9 de la mañana y vamos para la Murta en Alzira, por fin voy a comprobar como va mi gemelo en montaña. A 10:30 empezamos la ruta, salimos bastante abrigados, pues aunque hace sol, el frío hace su papel adentrándose en nuestros huesos.empezamos corriendo y al llegar a la primera cuesta ya habíamos entrado en calor, la ropa no sobraba ya que la marcha se ralentizó en la subida, sentía una pequeña molestia en el gemelo, pero la cosa iba muy bien. Miriam, a pesar de su gripe que aún no acababa de marchar, tiraba muy bien, para no estar entrenando va como una fiera. LLegamos al pas del pobre en media hora y desde ese punto, marhamos a la Creu del Cardenal, después iniciamos la bajada hasta el monasterio y al coche.
Pudimos disfrutar de unas vistas excelentes, todo estaba despejado, no había nada que entorpeciera nuestra vista, los dorados campos de arroz iluminaban un paisaje que contrastaba con el azul del mar al fondo, en medio algunas manchas verdes de los naranjos y la sobresaliente montaña de Cullera, que permitía leer sus grandes, pero diminutas letras blancas en la distancia. Todo un lujo.
Pudimos disfrutar de unas vistas excelentes, todo estaba despejado, no había nada que entorpeciera nuestra vista, los dorados campos de arroz iluminaban un paisaje que contrastaba con el azul del mar al fondo, en medio algunas manchas verdes de los naranjos y la sobresaliente montaña de Cullera, que permitía leer sus grandes, pero diminutas letras blancas en la distancia. Todo un lujo.
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Como dices... todo un lujo! Bss
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