Las sensaciones que tengo no son muy buenas, iba algo tocado y el factor psicológico totalmente en contra, no podía concentrarme en la carrera, el tobillo también me decía que parase. En la primera cuesta, las piernas no me respondían a lo que yo quería hacer, fue el momento de frenar, pero ya rondaba por mi mente el abandonar. Llegando al desvío de los juveniles es donde quería abandonar, pero al llegar allí, fue ese mismo factor psicológico el que me ayudó a continuar, poniéndome una meta algo más lejana, el paisaje hizo mucho.
La montaña, estaba impresionante y la nieve caída en estos días atrás, la manchaba de blanco llenándola de luz y eso si, haciéndola algo más resbaladiza, el tiempo generoso con los corredores ya que no a llovido y se mantuvo nublado.
Una vez el tobillo se calentó, la cosa iba algo mejor, pero aún así bajaba con mucho cuidado. Avituallamiento tras avituallamiento, fui pasando de la idea de abandonar, a la idea de llegar a meta. Al empezar a subir el Reconco, vamos por un sendero botánico estupendo y ya se oía, a lo lejos, el sonido de "les dolçaines i tabalers" que animaba a ir un poco más deprisa y amenizaba la carrera en el punto más alto por el que se pasaba. Desde aquí, todo bajada por sendas embarradas que daban un bonito toque a la carrera. Y por fin meta, 25.280m y 1357 de desnivel positivo, todo completado en 3h 25m que no ha estado mal y realmente no es lo que más me importe.
Nos vemos por las montañas.